dijous, 1 d’octubre del 2009

Las peripecias de Jakob Von Gunten

MANIFESTO DE ULTRATUMBA


PRIMER ACTO


“¿Qué clase de bribón puede ser aquel que, sin sentir ni apreciar la belleza, frecuenta ciertos lugares donde sólo el arrobamiento puede disculpar lo que el libertinaje ha emprendido?”


DECLARACIÓN

Ahora no tengo más remedio que pensar... doy respuestas fáciles a preguntas difíciles. Siento como algo se escapa. Nunca acabo de entender. Continuamente me equivoco.

No ser nada, el desnudo total, es lo que más me acerca al ser. Me reconozco insignificante, en manos de los vientos. Lo acepto, en ejercicio de humildad, y recibo la mayor satisfacción. Sólo desde ahí todo adquiere un valor incalculable. La vida se torna generosa y me descubre sus maravillas. La disfruto en toda su dimensión. Todo en la nada, ya no existe la contradicción, todo y nada se han fundido en vida, en unidad cósmica. Tanta profundidad deviene superficial. Me pierdo!

La misión es suicida, la vida ha sido complicada. Amparado en la validez de cualquier opción, mi suplicio ha empezado.


LA MENTIRA REAL

Compartimos la realidad pero cada uno vive la suya, pasando a ser múltiple. Hay algo de verdad en cada una de sus versiones, y curiosamente la oficial, solo por pretenderlo y establecer la normalidad, propia del poder y sus ambiciones, es la que más se acerca a la mentira. De esa forma la verdad es mentira, la mentira puede ser verdad y cada uno puede tener la suya. Verdad y mentira se funden como el todo y la nada.


DEL ORDEN A LA CAÍDA DEL ORDEN

Aunque necesario para la convivencia, si no existe una verdad no puede haber un orden. La contradicción persiste en la vida humana ante el esfuerzo y la imposibilidad de seguirlo, hasta el punto que conseguir lo “estúpidamente estupendo”1, significa perder nuestra esencia.

Cada uno de nosotros, des de la peculiaridad de su ser, necesita algo diferente. La norma, en vez de procurar ese espacio, lo aniquila, desde la uniformidad legitimada por la igualdad.

La vida en sociedad exige un comportamiento adecuado. Detrás de eso encontramos la cultura y en su creación, el poder. Caemos en la contradicción al intentar adaptarnos al orden genérico, establecido en exceso, que nunca encajará en cada uno de nosotros. La ley de reglamento asfixia y se derrumba insoportable. “¿Conque era eso? Huir de la cultura.”1

El poder vive del maquillaje, de la imagen encantadora y pomposa de las buenas formas, de lo que parece bueno. Fuegos artificiales desvían la atención hacia lo más superficial y menos importante. La maniobra en su trasfondo es helada, en su interior habita el mal. Cruel, enfermizo, insaciable. La explotación de los recursos es sangrienta y justificada con un buen discurso. “Los poderosos son los hambrientos”1, el poder solo desea más poder, y el pueblo llano, a su escala y engaño, reproduce los valores que el sistema gobernante transmite, como padre de familia, en una selva prefabricada de la que nadie se salva.

La complejidad de la ley, entre otros aparatos, recae en ocultar su mano negra. Simple y transparente, su estafa seria de más difícil entretener. Aunque todo está bastante claro. Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés, si renaciera ahora, le bastaría con asomarse a la ventana.2

La realidad se impone a conveniencia del poder. La formación va hacia su modelo correcto, facilitando unas instrucciones de vida, que dan consistencia a su orden. Cumplir con las reglas se convierte en lo razonable, correcto, válido y bueno. La libertad es ficticia. “Paciencia y obediencia”1 se vuelven fundamentales, “dos cualidades que prometen escaso o ningún éxito”1.

El dilema entre el quiero hacer y el debo hacer resta vendido. Las dos posibilidades en aparente contraposición beben de la misma fuente, manipuladas por el grueso cultural conducido por el poder, en su sutil dominación y previsión, inoculada en esencia. Es muy difícil desprenderse de ello y llegar a su total consciencia. El poder líquido3 está en todas partes, filtra y anticipa toda grieta.


Reclamo la simplificación universal, la caída del engaño, la muerte de todo lo feo. Su clave recae en la unión inevitable del colectivo consciente. El cambio pasa por la superación del aislamiento individual hacia la construcción del grupo, siempre desarrollado en minoría (hace falta valor), con facultad de ayuda mutua, revisión y crecimiento, hacia su propagación a través del acto poético4, como acción reveladora al despertar colectivo. Nos salvará la magia, negada hace ya mucho tiempo. La magia aún vive en el arte y posee aquello capaz de tocar las almas, dando a cada una lo que necesita, en una pizca de verdad, llega a todas las sensibilidades. Desde la infinidad de su interpretación, ya no hay una sola respuesta. El arte es la experiencia de la libertad, el espacio donde puede no haber opresión, un oasis para la salvación.

Otro refugio de liberaciones es el medio natural, donde la vida fluye en ejemplo de simplicidad. Nos obliga a recuperar aquello primario y esencial, eliminando lo superfluo, lo innecesario. Desnudos a la pura vida, se suprimen los valores cómodos por sistema.

Soy enemigo del cemento, la masa aplasta, ahoga en su corriente. Naturaleza y arte permiten respirar, despegar de nuestro interior el malestar en sociedad propio del orden.

La dificultad es que trabajamos dentro el sistema y este ejerce su inevitable conducción, obligándonos a estar constantemente en guardia. Mantenerse en pie representa un gran esfuerzo, en alto estado de gravedad, la somnolencia es fácil. El ejercicio de revisión tiene que ser constante. Medir y valorar cada paso, desde la perspectiva del conjunto, para comprobar su validez. La unidad del colectivo pasa a ser nuestra mejor herramienta, en su unión radica la fuerza capaz de hacer frente a la dominación del imperio.

Pero atención! Cuando lo minoritario es desarrollado por la mayoría, cuando el punk pierde su cresta en la multitud, antes de considerarlo un triunfo, será necesario su examen para determinar si el sistema lo ha asimilado o si finalmente ha sido roto y hemos conseguido crecer. Ya no existe opresión ni imposición, las reglas son sencillas. Respeto y comunicación, desde la luz del amor, es el trabajo que tiene que desarrollar y expandir el grupo consciente. No existe sistema ni orden, tan solo estado de vida en armonía universal, equilibrio cósmico. Es el crecimiento de la especie hacia un nuevo estadio en el que los mejores sueños, ya son posibles. El orden recargado ha sido derribado. Nace el Estado de amor, en el que todos somos hermanos, unidos por la bondad de los corazones libres.

“En teoría soy virtuoso, pero cuando se trata de practicar la virtud... ¿qué ocurre?”

Las soluciones de palabra siempre fueron fáciles.

1 comentari:

victor ha dit...

ei marc,

lògicament el tema és molt dens, i necessitem unes birres, o uns cafès o uns tes o les tres coses a la vegada i uns amanits per xerrar-ho tranquilament i arribar a coses concretes o a res!!

enhorabona per la corrosió!! m'encanta!! i a més... DISPARES ON TOCA!!! MUA!